En verano nadie quiere ponerse chalecos ni polerones, y menos si eres un niño. Da lo mismo que esté
Por eso decidí inventarle un bolero a la Fran. No para que lo cante, sino para que se lo ponga. Adapté un molde de chaqueta que ya tenía, lo acorté y eliminé cuello, bolsillos y demases. Así de simple.
Como no necesitaba mucho género, usé un retazo de chintz que tenía guardado y lo usé al revés para que no se viera el brillo. Para los bordes hice mi propio sesgo con el mismo género y, aunque no debería decirlo, me quedó perfecto. El botón salió de mi creciente colección y así, en una tarde, el bolero estaba listo.
Es probable que le haga un par de boleros más en distintos colores para que combinen con otras poleras y vestidos. Ya veremos.
Chintz! que te quedó bonito...
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