16 de junio de 2009

Última adquisición

Hace unos días caminaba por el centro con Eugenio en busca de algún Dominó que nos calmara el hambre (eran casi las 2 y es sabido que antes de la 1 mi estómago ya empieza a gruñir), cuando en plena calle Catedral, en la otra vereda, veo dos vitrinas llenas de género. Era la Casa Olivari.

Cruzamos al frente y en medio segundo se me olvidó por completo que estaba desfalleciendo por un churrasco. Ante mis ojos tenía la variedad más grande que había visto de géneros para ropa. Nada de esos lugares donde solo venden cortinas y tapices y donde terminas comprando algo que en realidad estaba pensado para transformarse en alfombra y no en un par de pantalones.

Eugenio, con su eterna paciencia, me acompañó en las cincuentaytantas vueltas que me di por el lugar buscando algo que llevar. Salir de ahí con las manos vacías nunca fue una opción. Pero ni hablemos de comprar todo lo que me gustaba (o sea, hay que cuidar el presupuesto, quiridi).

Y ahí reviví la envidia que siento cuando veo a esas mujeres que dicen "compré este género hace tiempo porque me encantó y recién ahora se me ocurrió qué hacer con él". Y así llenan cajas y repisas y bolsas y hasta piezas con las telas más lindas en espera de algún proyecto apropiado, y con el tiempo acumulan un dineral que a mí me alcanzaría para pagar todas las cuentas de un año.

Así es que me programé en modo compradora-responsable y terminé eligiendo estas dos preciosuras:


La primera preciosura es un cotelé rojo para unos pantalones de invierno (la Fran como que se está alargando y sus pantalones ya no llegan donde deberían). La segunda es un tejido bien rosado y bien retro, calientito pero que no pica, para un polerón (que nunca está de más). Y todo por menos de cuatro lucas. ¿Quién lo diría?

Nos llevamos los géneros envueltos en papel café y camino al Dominó me fui dando saltitos de felicidad como la cabra chica que soy.

1 comentario:

  1. querida, primero que nada felicitarlas por sus costuras y por su blog!!!! muy bueno saber que no soy la única que la pela por algo!!!

    prontamente quiero adquirir una máquina de coser para poner a prueba mis escuetos conocimientos en el tema.
    tengo en mi memoria gratos recuerdos de días de lluvia acompañando a mi mamá en sus tardes de costuras y en su intento por hacerme entender que viera la tela como papel para que no me costara tanto el aprendizaje...

    un beso
    paulygu, la que no miente porque es madre de mellizos!

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